INTRODUCCIÓN
Los diversos estados de ánimo, las impresiones físicas o morales, ya sean estas gratas o dolorosas, que exaltan el espíritu o lo deprimen, son manifestadas por el ser humano a través de ciertas actitudes corporales, pero más específicamente es su rostro, el que las acusa como gestos y expresiones.
Físicamente podemos decir que éstos se reflejan en modificaciones de la estructura muscular y a veces ósea de la cara, según sean las reacciones abiertas, cerradas o sutiles, siendo éstas últimas las más difíciles de"captar o definir.
Debemos tener en cuenta que las expresiones no son volitivas o sea que no se provocan a voluntad, pues si no serían fingidas, de un sentir simulado, como si uno fuese actor practicando ante un espejo los gestos de su personaje.
Toda expresión surge naturalmente de pronto ante un hecho inesperado, de acuerdo al estado de ánimo, al tipo de personalidad, al medio ambiente que lo rodea, a la situación e incluso a la educación de la persona. Esa reacción puede ser más o menos vehemente.
Hay personas que al reírse lo hacen a carcajadas, otras en cambio son menos efusivas. Lo mismo sucede con el enojo, que en personalidades irascibles, se manifiesta con más fuerza, otras de carácter introvertido apenas lo reflejan en su semblante. Las hay que aparecen con una permanente expresión de amargura en su semblante y entonces se acentúan en ellas los gestos dolorosos.
Recordemos aquí lo que dejara escrito en su magnífico "Tratado* de la Pintura" el genial Leonardo Da Vinci . .. "harás las figuras con tal gesto que sea suficiente para mostrar aquello que la figura tiene en su pensamiento, de otro modo tu arte no será loable.. .".
Leonardo llenó sus figuras, sus "Madonnas" de sutileza, de expresiones casi indefinidas que llegan a su máximo esplendor en esa extraordinaria obra que es "La Gioconda", con su enigmática sonrisa.
En cambio Miguel Ángel puso todo el fuego de su personalidad impetuosa en sus obras, exacerbando los gestos de sus personajes con la línea y el volumen.
Rembrandt logró profundidad y vida interior en sus retratos, utilizando el claroscuro como medio expresivo para develar una personalidad.
Dicho de otro modo, el artista puede echar mano a distintos recursos plásticos (gráficos) en la medida que su sensibilidad se lo sugiera y con ello sentar precedentes tan altos como los mencionados, pero no sin que medie antes una profunda observación y comprensión.
tanto del mecanismo anatómico de las expresiones faciales como de las maneras básicas de representarlas. Cuando se dibuja un modelo impreso, la observa ción y realización es diferente a dibujar un modelo vivo. Con aquellos dibujos tenemos tiempo para oto servar; la expresión queda fija, en pose permanente, (por eso nos sirve para analizar el mecanismo y de ese modo aprender las expresiones básicas).
Con ese fin los dos tomos de gestos y expresiones aportan gran cantidad de dibujos de rostros masculinos y femeninos, niños, ancianos, con diversidad de faccio nes, delgadas o gruesas, delicadas, toscas, de distintas razas, en posiciones variadas de frente, perfil y tres cuartos; con diversas iluminaciones, formas de som brear, texturas, fondos y además la presentación de cada expresión en máscaras, con texto explicativo de los elementos que entran en juego en cada gesto.
En el caso de basarse en un modelo vivo, que esencialmente sería la conclusión de todo lo estudiado, la actitud frente al diseño ha de ser muy restringida y veloz. Este tema es tratado en el punto "captación del modelo vivo" y brevemente en otros distintos capítulos, bajo el común denominador de la observación y el croquis.
En el primer volumen las expresiones tratadas son: placidez, sonrisa, enojo, preocupación, además huesos y músculos de la cabeza y de la mímica, estudio de luz y sombra, ejercicios diversos, etc.
En la presente publicación se completan las más importantes expresiones y gestos con dibujos de mayor dificultad. Su primera parte consta del estudio de recursos plásticos, texturas, elementos externos como la iluminación y fondos, captación del modelo vivo para continuar luego con las expresiones de risa, sorpresa, temor, horror, tristeza, angustia, dolor, llanto, desprecio, desconfianza, emoción, malicia, remordimiento, ira, gestos voluntarios e involuntarios y expresiones sutiles.
Se debe estudiar intensamente lo propuesto y practicar mucho, llegar a saber de memoria los cambios faciales que provoca una reacción anímica, como se mueven los ojos, la boca, la misma piel. Acostumbrarse a indagar en las personas que nos rodean, no solo las expresiones más notables sino las más leves emociones, esas que a veces un individuo esconde para no descubrir sus más íntimos sentimientos y por supuesto registrarlas gráficamente de inmediato.
Si lo logramos hacer con amor; no solo aprenderemos a dibujar mejor, sino que llegaremos por medio del arte a conocer más y mejor a nuestro prójimo.
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