martes, 13 de noviembre de 2007

Misterios del mundo parte 3

FENÓMENOS EXTRAÑOS 3


EL HOMBRE LAGARTO

Ha habido numerosos avistamientos de Bigfoot en los Estados Unidos y en todo el mundo. Las criaturas humaniformes se dice, por lo general, que son grandes y peludas, con relucientes ojos rojizos. Sin embargo, durante el verano de 1988 los residentes de Bishopville, Carolina del Sur, hicieron unas declaraciones de una rara raza de Bigfoot: Un hombre lagarto de 2,10m de altura con una escamosa piel verde. según los testigos, a diferencia de otras criaturas Bigfoot, el Hombre Lagarto tenía sólo tres dedos en cada pie, así como largos brazos parecidos a un simio, que acababa en tres dedos provistos de unas garras de 10 cm. Sólo el segundo Bigfoot tenía tres dedos en cada mano, y el primero en tener también tres dedos en cada pié, el Hombre Lagarto, es el más insólito Bigfoot de que se haya informado nunca.

Chris Davis, de diecisiete años, fue el primero en encontrar al Hombre Lagarto hacia las dos de la tarde del 29 de junio. De camino a su casa, el adolescente se detuvo cerca de las aguas salobres de la Marisma Scape Ore, en las afueras de Bishopville, para cambiar un neumático pinchado. cuando estaba metiendo de nuevo el gato en el maletero del coche, entrevió algo que corría por el campo hacia él. Tras meterse de un salto en su "Toyota Celica" de 1976, se vio enseguida enzarzado en una especie de lucha cuerpo a cuerpo con la criatura reptiliana, al intentar cerrar la puerta. Luego, el Hombre Lagarto saltó al techo del vehículo, donde dejó unos arañazos en la pintura, como prueba del ataque.

Histérico, Davis regresó a su casa y contó únicamente su experiencia a sus padres y a algunos amigos íntimos. Sin embargo, los agentes de la Policía local le interrogaron, después de que los vecinos afirmaran que el muchacho debía saber algo acerca de las extrañas marcas de mordiscos y arañazos que se encontraban también en otro coche.

Davis no se quedó solo en su relato. Muy pronto, otros informes inundaron la oficina del sheriff. los adolescentes Rodney Nolfe y Shane Dyokes, por ejemplo, se hallaban conduciendo cerca de los pantanos con sus novias, cuando el Hombre Lagarto cruzó a la carrera por delante de su coche. El obrero de la construcción George Holloman también alegó que el Hombre Lagarto había saltado encima de él, cuando estaba sacando agua de un pozo artesano.

Al investigar la zona en torno del pantano, el policía montado del Estado, Mike Hodge y el ayudante del sheriff de Lee Country Wayne Atkinson, encontraron tres destrozados bidones de fibra de 150 litros. Algunos árboles estaban desgajados 2,5m por encima del suelo. Y además, según Hodge, había "pisadas humanoides", unas impresiones de 35 por 17,5 cm en la dura arcilla roja. Tras conseguir las huellas durante unos 400m, los agentes volvieron hacia atrás y encontraron nuevas huellas impresas en las rodadas de los neumáticos de su coche. Según los biólogos del servicio de vida salvaje del Estado, las pisadas no concordaban con ninguna especie animal conocida.


LA CIUDAD PERDIDA

Existe una intrigante leyenda respecto a una ciudad perdida que se dice que existe aún en las selvas amazónicas. Se alega que esta ciudad contiene un gran tesoro, aún no enterrado, en ciertas versiones, y usada todavía por los habitantes de la ciudad. Se afirma que esos supervivientes han preservado su aislamiento al hallarse rodeados por tribus indias belicosas, en extremo inamistosas con los exploradores. Los habitantes de esta ciudad perdida se cuenta que son de raza blanca, y se informa de que aún se hallan en posesión de una cultura avanzada y de numerosos equipos de civilización, entre los que se incluyen medios de iluminación, no eléctricos, sino una causante y reluciente luz que no es de fuego.

Los portugueses y otros exploradores han tratado de localizar, desde el siglo XVII, esta misteriosa ciudad. Una primera expedición, al mando de un tal Francisco Raposo, ascendió por un precipicio encima de la selva y llegó a un altiplano. Vieron una gran ciudad a unos 6Km de distancia. Cuando se aproximaron a la misma, encontraron que al parecer, había sido abandonada pero que sólo se hallaba en parte en ruinas y que aún estaban en pie cierto número de grandes edificaciones de piedra. Había calles, plazas, murallas, arcos, y obeliscos ornamentados con lo que parecían ser escrituras. Estatuas, tallas y el estilo de la arquitectura resultaban superiores a las de otras ciudades sudamericanas anteriores a la conquista. Pozos mineros, en las afueras de la ciudad, señalaron un elevado contenido de minas argentíferas. mientras exploraban, Raposo y sus hombres vieron algunos "indios blancos" en una canoa, vestidos con extraños atuendos. La expedición, temiendo un combate desigual, abandonó la zona. Otras expediciones intentaron sin éxito rastrear de nuevo la ruta, y una de ellas, con centenares de hombres, desapareció en la selva.

El coronel retirado Percy Fawcett, un oficial del ejercito británico, fue, indudablemente, el más porfiado entre los exploradores que continuaron la búsqueda. En períodos diferentes, entre 1906 y 1925, investigó y recopiló informaciones acerca de esa ciudad perdida cuando le pareció que se encontraba en las proximidades del río Xingú, un afluente del Amazonas, en Brasil. Creyó que constituía una parte de una civilización completa. Opinó asimismo que la ciudad perdida era el resto de una antigua y avanzada civilización, con su pueblo en la actualidad degenerado, pero que aún conservaba vestigios de un pasado olvidado.

Su dedicación a esta búsqueda concluyó en 1925, cuando él mismo desapareció en su postrera expedición. La última entrada de su Diario, encontrado más tarde, indicaba que creía encontrarse a dos semanas de viaje de la ciudad que tan intensamente había tratado de encontrar.

¿La encontró y decidió pasar allí el resto de su vida? ¿O fue asesinado por los indios que, en una ocasión, afirmó que la guardaban? La desaparición del coronel Fawcett constituye uno de los mayores misterios de la exploración. Sus propias palabras podrían constituir el más adecuado de los epitafios:

"¿Que puede resultar más cautivador que penetrar en los secretos del pasado y arrojar luz sobre la historia de la misma civilización?"


LAS PROFECÍAS DE FÁTIMA

Hace varios años, tres pastorcillos contaron haber visto la aparición de un "bella señora de los cielos", que más tarde les confió tres secretos. Aunque dos de estos ya han sido revelados el tercero se halla encerrado en una bóveda de seguridad en el Vaticano.

Lucía, Francisco y Jacinta alegaron haber visto la aparición en una nube suspendida encima de un árbol, cerca del pueblo de Fátima, en Portugal. La mujer misteriosa les dijo que regresasen al mismo lugar el día 13 de cada mes. El día señalado, un mes después, los niños se dirigieron a un roble, seguidos de unos 50 aldeanos que se habían enterado del relato de los niños, ya por todo Fátima.

Aunque algunos testigos alegaron, posteriormente que, en efecto, había una nube baja suspendida por encima de un árbol, nadie excepto los niños vio a la mujer. Los resultados no fueron diferentes al mes siguiente, y pronto los escépticos empezaron a regañar a los niños, así como a los adultos que se habían enzarzado en aquella especie de juego. No obstante, los niños insistieron en que decían la verdad.

A pesar de la prohibición de la jerarquía eclesiástica, los niños continuaron acudiendo al árbol el día 13 de cada mes. En un lluvioso 13 de octubre de 1917, que al final resultó ser la última presentación de la aparición, el lugar estaba atestado de fieles católicos, que confiaban, desesperadamente, ser testigos de un milagro. Aunque los niños fueron una vez más los únicos que la vieron, la mujer se identificó como "Nuestra Señora del Rosario" y divulgó los tres secretos. Luego, la visión se desvaneció. De repente, según informaron más tarde los aldeanos, la lluvia cesó y las nubes se disiparon, revelando un Sol que empezó a girar y caer a plomo sobre el suelo. La aterrada muchedumbre estuvo segura de que el mundo se acababa, pero muy pronto el Sol regresó a su posición normal. Este pintoresco comportamiento se afirma que ocurrió dos veces más.

¿Pero que hay acerca de los secretos guardados por los niños?. No fueron divulgados nunca por parte de Francisco o Jacinta, que murieron durante la epidemia de gripe de 1918. Sin embargo, Lucía escribió más tarde un relato acerca de la experiencia, en el que describía las predicciones, a requerimiento de la Santa Sede. Escribió que una de ellas era una visión del infierno y otra se refería al desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial.

A petición de la señora, según dijo Lucia, el tercer secreto no debía divulgarse nunca y, en efecto, permaneció en un sobre cerrado hasta que el Papa Juan XXIII lo abrió en 1960. La revelación aterró tanto a Su Santidad, que se cuenta que ordenó que se cerrara de nuevo y no se hiciera jamás público.


METEORO EN FOREST HILL

La mañana del 8 de diciembre de 1847 fue clara y soleada en Forest Hill, Arkansas. Al finalizar el día, la gente comenzó a debatir la causa de los sucesos ocurridos.

A media tarde de aquel día de principios de invierno, unas abundantes nubes grises se habían acumulado de manera misteriosa, tapando el Sol y oscureciendo el cielo. La nubes parecían encontrarse iluminadas por un "resplandor rojo como compuesto por numerosas antorchas", según relato de uno de los testigos. De repente, se produjo una horrísona explosión. Las viviendas se estremecieron y comenzó a doblar la campana de la iglesia. Luego, un objeto con forma de tonel con un rastro de llamas salió despedido del cielo.

La espantosa bola se estrelló en el suelo de Forest Hill, originando una hendidura que medía más de 60 cm de diámetro y 2,5 m de profundidad. En el fondo del agujero, humeaba una gran roca. En realidad, estaba tan caliente que el agua vertida en el agujero, instantáneamente se condensaba en forma de vapor. Los investigadores se percataron asimismo de que el aire acre a causa del olor a azufre.

Naturalmente, algunos expertos creyeron que aquella bola caída del cielo era un meteoro, aunque éstos no se sabe que vayan acompañados de una repentina formación nubosa. Según otros, un relámpago tormentoso produjo un rayo que alcanzó el suelo, fundiéndolo en un tipo de roca que se denomina fulgurita. Pero esta explicación no tiene en cuenta el proyectil que los testigos observaron caer del cielo.


LA VISIÓN DE CYRANO DE BERGERAC

La legendaria nariz de Cyrano de Bergerac ha quedado inmortalizada en muchos relatos modernos, pero el mismo autor francés de esos relatos merece una atención aún mucho mayor. Muy pocas personas han sido conscientes de que aquel hombre fuese un profeta por derecho propio.

En sus cuentos, publicados póstumamente, de viajes al Sol y a la Luna, describió las órbitas de los planetas en torno al Sol, lo cual en aquel tiempo no era una idea aceptada a nivel popular. Describió una forma de propulsión mediante cohetes. Cyrano expresó también la idea de que los mitos y religiones tradicionales hubiesen sido legados a los seres humanos por parte de visitantes extraterrestres a la Tierra.

Los viajes celestiales de los escritos de Cyrano implicaron el empleo de una sorprendente serie de aparatos desconocidos en el siglo XVII. Para sus contemporáneos, sus ideas -que incluían viviendas móviles, aparatos para registrar y volver a escuchar discursos, tubos que iluminaban en la oscuridad-, no dejaban de ser de lo más fantasioso. Hoy, parecen notablemente similares a las casas transportables, los magnetófonos, y las bombillas eléctricas.


EL EXPERIMENTO FILADELFIA

En 1943, se diseño un experimento de alto secreto, en el astillero de la Armada de Estados Unidos, en Filadelfia, para experimentar un arma definitiva: un buque de guerra invisible. Sin embargo, como resultado de ello numerosas personas implicadas sufrieron raros efectos secundarios - él más notable de los cuales fue una combustión humana espontánea - y el Gobierno, llegado el momento, canceló y descubrió aquel proyecto.

La Armada estaba empleando un poderoso campo electromagnético (EMF), en sus intentos por hacer el destructor de escolta USS Eldridge invisible al radar y a las minas magnéticas. Naturalmente, durante la Segunda Guerra Mundial, los científicos no entendieron los dañinos efectos que el EMF pudiera tener sobre el sistema nervioso central. consiguientemente, mientras trabajaban para conseguir que el barco fuese invisible a la detección, algunos tripulantes, inadvertidamente, se habrían acercado demasiado a la fuente de energía electromagnética.

La Armada sigue negando que se llegase a producir alguna vez un experimento de ese tipo, aduciendo que todo fue urdido por un libro, publicado en 1955, acerca de los ovnis. Pero los archivos del caso siguen aún abiertos y, de vez en cuando, continúan apareciendo pruebas nuevas.

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